61 “El humor, igual que la música, es el mejor reflejo de una sociedad”. casa y ambas estaban conectadas con su fábrica. Como mis padres trabajaban, me pasaba el día ahí, pegando cosas, haciendo juguetes. Hoy tengo mi propio taller, pero de personajes, donde sigo construyendo y, ahora, mis hijos se pasan el día ahí”. Les enseñás a construir máscaras y personajes a tus hijos… “Si, pero sin proponérmelo. Ellos van adquiriendo conocimientos porque me acompañan y yo les explico sobre los materiales, cómo pegar pelo, les voy enseñando sin que se den cuenta”. En todo este recorrido, ¿dónde nace tu vocación por la actuación y el humor? “Todo es el resultado de la propia historia de cada uno. A mí el humor me ayudó a salvarme del bullying en el colegio. Descubrí que riéndome los anulaba”. Un mecanismo de defensa… “Sí, era un arma. No solo para defenderme, sino para atacar (se ríe). Y, también, fue un arma para seducir. El humor me fue muy útil a lo largo de mi vida. Por esa época, además, hacía caricaturas y éstas, ahora, las hago en mi cara, en mi cuerpo, creando personajes. Luego, empecé a estudiar teatro porque no me pedían título secundario y descubrí que me apasionaba”. ¿Qué referentes teatrales te marcaron? “Mi primer maestro fue Agustín Alezzo. Estudié cinco años con él. Y estuve algunos años más con Carlos Gandolfo, y después con Ricardo Bartis. Ahora sigo estudiando, pero tengo maestros que son compañeros, como Antonio Gasalla, Tano Ranni, entre muchos otros, que me han enseñado cosas maravillosas”. Es conocida tu relación con Antonio Gasalla, ¿qué seguís aprendiendo de él? “Yo puedo estar arriba de un escenario con Antonio (Gasalla) compartiendo una obra y al mismo tiempo estoy aprendiendo. Él fue el primero que me habló de la energía del actor. Me obsesionaba pensar en las energías de las personas para luego imitarlas”. El humor está en movimiento, hay cosas que ya no se permiten tanto, ¿cómo vivís el cambio del género? “En realidad, nunca se hizo chistes con todo. En las épocas de Olmedo, se hacían chistes machistas, sin embargo, había otros temas de los que tenían cuidado, por ejemplo, no se hacía humor con la Guerra de Malvinas. Ahora los cuidados son distintos, pero eso habla de una sociedad en movimiento, en crecimiento. Si nos riéramos de lo mismo que en los ‘90 estaríamos en problemas, seríamos una sociedad estancada. El humor, igual que la música, es el mejor reflejo de una sociedad. Y como soy parte de la sociedad, yo también maduré y hay ciertas cosas que ya no me causan”. Estás en “Flor de equipo”, ¿qué otros proyectos vienen por delante? “Volvemos con la obra teatral ‘Los Bonomos’ con Lizy Tagliani, Osqui Guzmán, Peto Menahem, Ana Gutierrez, Manuela Pal y la producción de Gustavo Yankelevich. Y, también, estamos a la espera de una mayor apertura de los cines para estrenar dos películas. Una con Roberto Moldavsky, Jorgelina Aruzzi, y todo un elenco divino. Y, la otra la hicimos con Florencia Peña, Soledad Silveyra, que también estamos a la espera de que la gente vuelva a los cines para estrenarla”. Campi en el programa “Flor de equipo”