24
LUCHADORES DE VIDA
VERÓNICA PERDOMO
“Después del ACV
empecé a ver
la vida de otra
manera”
Cuando la vida te da una segunda oportunidad, solo queda agradecer y aprovecharla.
Y esto fue lo que hizo la modelo Verónica Perdomo, que luego de sufrir un accidente
cerebrovascular (ACV), con graves consecuencias para su salud, decidió salir adelante y
pensar siempre en positivo. Hoy, nos cuenta como logró cambiar su realidad y su nueva
mirada sobre el trabajo y la vida.
“Es muy importante elegir qué
pensar, yo tenía dos opciones: seguir
preguntándome ¿por qué?, o pensar
¿para qué? y seguir adelante”.
Con
esa
visión
Verónica
Perdomo
decidió afrontar los momentos
más duros que le tocaron vivir en
el 2009, cuando estuvo al borde
de la muerte.
Si bien hay determinadas situa-
ciones que, por su relevancia o
intensidad, marcan un antes y un
después; en el caso de la modelo y
conductora, un episodio de salud la
obligó a regresar a foja cero. Sufrió
un accidente cerebrovascular (ACV)
que, entre otras consecuencias, la
hizo perder el habla y la motricidad.
A ocho años del episodio, su vida
cambió completamente; desde la
forma de percibirla hasta determi-
nados hábitos diarios. Su carrera
estaba en pleno ascenso, trabajaba
en televisión, estudiaba locución
y viajaba todas las semanas a Chi-
le, donde había comenzado a tra-
bajar. Pero el estrés y la angustia
de una separación de por medio,
no fueron la mejor combinación.
“El trabajo es salud, decía, y era lo
único que hacía. No quería pensar
en otra cosa, no dormía mucho, y
comía desordenadamente, porque
estaba de un lado para el otro”,
contó Verónica.
El golpe más duro
Cuando comenzó a sentirse mal
estaba en Chile y tomó el avión hacia
la Argentina segura de que tenía
gripe, tal y como le diagnosticaron
al llegar. Pero la señal de alarma se
activó cuando dejó de ver del lado
izquierdo.
“Todo eso me lo contaron,
porque no recuerdo nada después de
subir al avión”,
relató.
Estuvo al borde de la muerte en dos
ocasiones, por los daños que le causó
el derrame, y consecuentes problemas
en los pulmones. Sin saber cómo
hablar, leer, escribir, ni caminar,
tuvo que volver a empezar.
“Era
desesperante no poder expresarme”,
confesó, al tiempo que recordó
emocionada el momento cuando
logró decir sus primeras palabras
luego de dos meses de rehabilitación.
Además de las secuelas físicas y
psíquicas que el ACV le propició,
Verónica debió atravesar la pérdida
de su hermano y su padre, durante el
“Muchas veces
sentía bronca,
angustia, enojo,
porque era muy
difícil salir adelante.
Pero comprendí el
poder que tiene la
mente y eso fue
fundamental para mí
(…)Si pensás que vas
a poder, lo lográs…”.